"Tenemos una nave espacial; podemos ir adonde queramos", propone en medio del show Bono. Toda la tecnología puesta en una puesta impactante para el tour 360° con el que U2 estaba recorriendo el mundo hasta esta pausa de hoy obligada por la intervención de columna a la que debió someterse el cantante y que obligó a reprogramar la agenda (las fechas de esa parte del tramo norteamericano suspendido pasaron al próximo año). Pero antes de retomar la ruta, el 10 de agosto en Fráncfort, la aparición de este DVD grabado en octubre pasado en Pasadena, California, sirve para mitigar la espera y azuzar deseos.
El escenario, en el centro del campo del Rose Bowl, domina la escena. Pantallas gigantes, doble círculo de pasarelas y puentes móviles que comunican permiten que esta vez, más que nunca, el público esté en el centro de la escena. Sin embargo, estos titanes del rock de estadio logran que las canciones sigan siendo lo más importante. El show es espectacular sí, pero no teatral. Es la música, la que domina la noche y, gracias a los sonidos de The Edge y Cía., y al talento del cantante para llevar a todos y cada uno de los asistentes a un estado que los devuelva al mundo conmovidos y distintos a quienes eran al momento de ingresar al estadio, hechiceros de una ceremonia ritual y colectiva.
No es la primera vez que una banda elige ponerse en el centro y que todo suceda a su alrededor. Ya lo hicieron en los 60 los Beatles, pero entonces Ringo tenía que ir corriendo, a mano, su batería, para poder girar y acompañar a sus más "liberados" compañeros; lo hizo aquí también La Renga, en versión terco-criolla, hecha a pulmón e ingenio. Aquí, la tecnología del siglo XXI les juega a favor para lograr que esta araña-transformer mute y muestre a la banda amplificada y a las imágenes que acompañan algunos temas.
U2 aquí rockea como hacía tiempo. Tanto que no es casual que, en medio del rockero "Vertigo", la banda entrometa el "It´s Only Rock and Roll" stone; pero también se pone eléctricamente tecno en "I´ll Go Crazy If I Don´t Go Crazy Tonight", de No Line on the Horizon , el álbum que están presentando; el conmovedor y casi acústico "Stuck in a Moment You Can´t Get Out of It" con The Edge (al que Bono presenta como alguien del espacio exterior) y Bono (que se presenta a sí mismo como una combinación de Arnold Schwarzenegger y Danny DeVito) y el siempre conmovedor "One". Este último, ya en el segundo tramo del concierto y justo después de unas palabras de Mandela que sirvieron de preámbulo a "Walk On", dedicado a Aung San Suu Kyi, la opositora birmana que ha pasado buena parte de los últimos años encarcelada. Las caretas con su imagen se multiplican en el campo y por los que desfilan por la pasarela. Ese mismo campo que poco después, y a instancias de Bono, será un increíble campo de pantallitas luminosas que harán eco a las luces que saldrán del traje de Bono (en lo que parece ser una nueva tendencia, la de llevar puesto la puesta, ya que Bellamy, el cantante de Muse, estrena en estos días un traje sobre el que se proyectan imágenes). El final es nuevamente emotivo y redentor con "Moment of Surrender".
Queda entonces cruzar los dedos para que, aquí, en Buenos Aires, las diferencias vecinales y políticas se diriman en un final feliz que permita que esta gira, y otras, muchas, lleguen a este puerto.