Tal parece que los conciertos programados en el Estadio de River Plate ,tendrían que ser reubicados, el problema se presentó cuando el fiscal contravencional de la zona presentó un recurso de amparo solicitando la clausura del estadio para este tipo de eventos.
El funcionario argumentó que, pese a que los organizadores cuentan con la autorización correspondiente, nunca presentaron el estudio de impacto ambiental, tal como establece la ley porteña 123. si bien el pedido fue rechazado por la jueza Susana Parada, tras la apelación de Galante, la causa quedó en manos de los jueces de la Cámara de Apelaciones Jorge Franza y Silvia Manes, quienes aceptaron los argumentos del fiscal. Los magistrados determinaron la prohibición de espectáculos donde se utilice el campo de juego, ya que las vibraciones que dañan a los edificios serían ocasionadas por los saltos del público.
Si los promotores logran presentar a tiempo los papeles solicitados por la fiscalía podrían usar el estadio para los conciertos de Coldplay y de Guns N’ Roses, de lo contrario se tendrían que trasladar a otro recinto mucho más pequeño.
El informe de avances, que requirió de más de cuatro meses de mediciones y análisis, permite predecir el comportamiento de los edificios y el nivel de molestia a los vecinos.Se desarrolló un modelo físico de propagación de ondas en el terreno como consecuencia del salto de las personas en el campo de juego. Además se estudiaron las características del terreno donde se encuentra ubicado el estadio mediante una serie de perforaciones, ensayos de suelo y estudios geofísicos.
Durante los recitales de AC/DC el 2, 4 y 6 de diciembre y de Metallica el pasado 21 y 22 de enero, se realizaron mediciones de ondas de aceleración horizontal que son aquellas que pueden entrar en resonancia con la frecuencia natural de los edificios.
Si bien se detectaron aceleraciones que pueden ser molestas para los residentes en edificios cercanos, sobre todo en los pisos más altos, los niveles medidos son inferiores a los necesarios para producir algún riesgo estructural.De todos modos, una vez finalizado el estudio, los productores de espectáculos deberán tomar las medidas necesarias para reducir las vibraciones percibidas por los vecinos.
El informe de la UBA indica que los edificios que presentan oscilaciones durante la realización de recitales son aquellos cuyas frecuencias de oscilación naturales entran en resonancia con las generadas por el show.La Universidad indica que “de las mediciones realizadas hasta el momento estas ondas parecerían tener origen en el movimiento coordinado de los espectadores durante algunos segmentos de los eventos musicales”, aunque aclara que “a los efectos de terminar adecuadamente el estudio se requeriría continuar con la medición y registro durante al menos otro espectáculo”.Según el informe sólo de esta manera se podrá “confirmar los modelos analíticos, determinar los principales parámetros en cuanto a cantidad de espectadores capaces de movilizar a los edificios, características de los edificios susceptibles de vibrar, diferencias relacionadas con el tipo de música y el comportamiento de los espectadores y efectos del tipo de suelo.”
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