“Cuando los Redonditos de Ricota tocaron en el Estadio de River Plate en 2000, una medición de la Universidad Nacional de La Plata descubrió que el tema “Jijijí” provocó un sismo de 5,4 en la escala de Richter”, dice Ana Paulesu, mientras el ruido de las turbinas de un Boing 737 vuela por encima de su edificio y la deja casi inaudible.
Hasta ahora siempre se supo que los Redondos estremecen cielo y tierra en sus recitales, pero nadie había confirmado que las 60 mil almas que los escucharon en 2000 generaron un verdadero sismo en los alrededores del estadio de los millonarios. Nadie, salvo Paulesu, la mujer que pasará a la historia como uno de los vecinos porteños que podría parar los históricos recitales en River para siempre.
Para los tribunales porteños es una vieja conocida: en 2006 trató, sin éxito, que la escala argentina de los Rolling Stones fuera suspendida. Cuatro años después, los jueces de la ciudad no fueron tan esquivos: luego de una detallada presentación de mediciones sísmicas a partir de los últimos recitales, entre ellos los de Metallica y AC/DC, la Cámara en lo Contravencional, Correccional y de Faltas de la ciudad resolvió la clausura preventiva parcial del estadio de River Plate “hasta que se determine el grado de impacto ambiental que producen estos eventos”.
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